Refugios de Almería: sombras del pasado

Refugios de la Guerra Civil en Almería

En las paredes de los refugios de Almería aún pueden verse dibujos de aviones bombardeando casas.

Emocionante visita a los kilométricos túneles que protegieron de las bombas a los 40.000 habitantes de Almería durante la Guerra Civil. Un insólito paseo por el lado más desconocido y oscuro de la Ciudad del Sol. Para este viaje, sobran las gafas, los sombreros y el bronceador.

Almería es conocida (aunque tampoco mucho) por su Alcazaba –la mayor edificación musulmana en España después de la Alhambra– y por sus playas, que se suceden sin interrupción a lo largo de 30 kilómetros, hasta el cabo de Gata. Tan sólo una parte infinitesimal del turismo que la visita sospecha que bajo la Ciudad del Sol se esconden cuatro kilómetros y medio de túneles, concebidos para guarecer a las 40.000 personas que vivían en ella durante la Guerra Civil. Para mayor contraste, el kilómetro que se ha rehabilitado para la visita es el que discurre bajo el Paseo de Almería, el principal de la ciudad, donde se suceden las terrazas, las tiendas de moda y las pandillas de niños que juegan con sus consolas sentados en bancos que servían (y sirven) de respiraderos de los refugios.

Diseñados por el entonces arquitecto municipal, Guillermo Langle, los refugios son una obra impresionante, excavada a una profundidad de entre 8 y 12 metros, con 67 accesos, ventilación, almacén y hospital, sin parangón con ninguna de las que pueden verse en el resto de España y Europa. Una obra grande, desconocida y emocionante, cuya visita comienza en la céntrica plaza Manuel Pérez García. Aquí, abrazando los restos de la puerta mora de Purchena y una de las bocas de los refugios, se ha levantado un pabellón de hormigón y cristal donde se exhibe un vídeo con testimonios de niños de la guerra, todos los cuales tienen, como es lógico, cerca de 80 primaveras.

Refugios de la Guerra Civil en Almería

En estos cuatro kilómetros y medio de túneles podía refugiarse toda la ciudad: unas 40.000 personas.

Una vez abajo, sorprende lo cómodas y seguras que eran las galerías, con su bóveda de cañón rebajada de 2,20 metros de altura apoyada sobre muros de hormigón de tres palmos de espesor, su iluminación, sus contrafuertes para evitar la propagación de las ondas expansivas, sus bancos corridos e incluso su despensa. Cada pocos metros, en las galerías transversales, hay paneles que rememoran lugares y momentos clave del conflicto. El peor, sin duda, el bombardeo del 31 de mayo de 1937, cuando una escuadra alemana liderada por el acorazado Admiral Scheer despertó a la ciudad con 200 cañonazos que mataron a 31 personas y destruyeron medio centenar de edificios: otro Guernica que hizo escribir a Neruda aquello de “un plato de sangre de Almería”.

Hacia la mitad del recorrido, en un contrafuerte, aparecen grabados nombres, fechas de hace siete décadas y dibujos de trazo torpe pero de sentido inequívoco: varios aviones sobrevolando una casa. Y, casi al final, se descubre el espacio más sorprendente, por inesperado, de los refugios: un pequeño hospital de sangre, con salas de espera y de curas, botiquín con lavabo y quirófano, todo embaldosado con mármoles de Macael. Memoria resucitada de una obra que salvó vidas.

Cómo llegar. Almería tiene buenos accesos por carretera desde Granada (autovía A-92) y Murcia (autovía A-7 o del Mediterráneo). Hay vuelos baratos de Ryanair. La entrada a los Refugios de Almería está en la plaza Manuel Pérez García. Horario. Martes-jueves, 10.00-14.00; viernes-domingos, 10.00-14.00 y 17.00-21.00. Las visitas son guiadas y es necesario pedir cita previa en la taquilla de los Refugios o en el teléfono 950 268 696.  Comer y dormir. Casa Puga (Jovellanos, 7; 950 231 530): desde 1870, las mejores tapas de la capital; para chuparse las falanges, la de boquerones en adobo y la de gambas con gabardina. Casa Sevilla (Rueda López, 14; 950 272 912): acogedor restaurante, con notable cocina marinera (quisquillas de Alborán, gambón rojo de Garrucha, pescados frescos…) y sobresaliente bodega; precio alto. Hotel Catedral (Plaza de la Catedral, 8; 950 278 178): casona manierista de mediados del XIX, rehabilitada y decorada con moderno gusto. Información. Refugios de Almería: 950 268 696. Turismo de Almería: 950 280 748.

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2 respuestas a Refugios de Almería: sombras del pasado

  1. Excelente artículo y magnificas fotografías, Andrés.
    Para Inma: imperdonable perderse la alcazaba y la Almería antigua. No solo las playas tienen encanto en la ciudad de Almería. Aquí tienes una foto de la Alcazaba para que te animes a visitarla la próxima vez que vengas: http://www.flickr.com/photos/dleiva/6127355928/in/photostream/lightbox/

  2. Inma Gutiérrez dijo:

    Genial. Una sugerencia, de nuevo, más que interesante. Yo estoy empeñada, siempre que visito Almería en disfrutar cada día de algo diferente. Pero enganchan tanto algunas de sus calas, siempre por agotar que, al final, la Alcazaba o la Catedral quedan ineludiblemente pendientes. De esas galerías no conocía ni la existencia. ¡Una asignatura más ahora que estamos en septiembre!
    ¡Y las tapas! Mira que en Granada presumimos, pero las hay para todos los gustos y a cuál más rica. De pecado mortal, sin duda. Así que gracias también por las recomendaciones culinarias.

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