La Cara de la Pedriza (Manzanares El Real, Madrid)

La Cara de la Pedriza (Manzanares El Real, Madrid)

Vista a contraluz, la Cara de la Pedriza muestra nítidamente los rasgos de un varón. Muy guapo no es.

En la anterior entrada vimos unas grandes caras que hay labradas en la orilla del embalse de Buendía, obra de dos aficionados a la escultura y a lo esotérico. En esta ocasión, ha sido la cuña del hielo la que ha esculpido en el granito de la Pedriza una faz gigantesca. Aquéllas daban un poco de risa. Ésta impone respeto. La naturaleza es una artista insuperable.

En el pequeño pero infinito universo de la Pedriza hay un montón de pedruscos que sugieren formas humanas, como el Hueso, la Muela, el Capuchino, el Indio, los Guerreros o (con perdón) el Pollastrón. Más ninguno que produzca una ilusión tan perfecta como la Cara, una peña de 15 metros de altura que se yergue a un kilómetro al noreste del Yelmo y cuyo perfil, visto a contraluz, semeja en todo –cejo, napias, barbilla, nuez…– el de un varón. Tallada por los hielos en el tosco granito, no es una carita de bebé, sino una faz de rasgos duros, rocosos, del estilo de La Cosa o del trigésimo octavo gobernador de California. Si la cara es el espejo del alma, ¿qué rostro puede expresar mejor que éste el espíritu impasible e inclemente de la Pedriza, que ve perderse a los hombres en sus laberínticos callejones y, en lugar de darles una pista o una señal de esperanza, les muestra un angosto cielo azul lleno de buitres?

Guapa, la Cara, no es, pero para el excursionista tiene tres grandes atractivos. Uno, que es fácil de localizar, al hallarse junto a la senda Maeso, justo en el punto en que esta trocha –que asciende desde el pueblo de Manzanares El Real, bien señalizada con marcas de pintura blanca y amarilla– comienza a declinar hacia el collado de la Dehesilla. Dos, la vistosidad de su emplazamiento (sirva, a modo de anticipo, esta imagen: la Cara recortando su adusto perfil sobre las aguas del embalse de Santillana, que relumbran en lontananza). Y tres, que por el camino se encuentran otras dos peñas muy curiosas. A una hora (o poco más) del inicio, se descubre el cancho del Caracol, lento como la roca misma. Y diez minutos después, el risco del Ofertorio, donde algunos vecinos de Manzanares, llevados por una atávica costumbre, siguen montando altarcillos con velas y exvotos, ellos sabrán en ofrenda a quién y por qué.

El camino que lleva hasta la Cara es un itinerario de 14 kilómetros y unas cinco horas y media de duración.

Cómo llegar. Manzanares El Real dista 53 kilómetros de Madrid. Se va por la autovía de Colmenar Viejo (M-607), desviándose por la carretera M-609 en el kilómetro 35 y luego por la M-608 a la izquierda. La senda comienza en la plaza mayor, llamada del Pueblo. Comer y dormir. Casa Goyo (Manzanares El Real; 918 539 484): cocina tradicional con productos de temporada. Parra (Manzanares El Real; 918 539 577): carne del Guadarrama y asados. Rincón del Alba (Manzanares El Real; 918 539 111): especialidad en mariscos y pescados a la plancha. Mirador La Maliciosa (Manzanares El Real; 918 527 065): casa de madera estilo suizo con restaurante especializado en marisco y caza. La Escala (Manzanares El Real; 600 450 741): coqueta casa rural con cuatro habitaciones, salón con chimenea y vistas al macizo de la Pedriza. Hotel La Pedriza (Manzanares El Real; 699 902 763): remodelado en 2008, hotel-autoservicio con piscina. Más información. Turismo de Manzanares El Real: 918 530 009 y 639 179 602. Centro de Educación Ambiental del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares: 918 539 978.

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5 respuestas a La Cara de la Pedriza (Manzanares El Real, Madrid)

  1. mayayo dijo:

    El nombre correcto de la aguja pollastrón es La Loncha. Los escaladores Gálvez y Josechu son los que se inventaron ese nombre en los 80.

  2. andrescampos dijo:

    La verdad es que no, Modesto, no es el Indio. La Cara se encuentra, como digo en el texto, a un kilómetro al noreste del Yelmo, mientras que el Indio se halla a varios kilómetros al suroeste, y mucho más abajo, junto al sendero que desciende del collado de la Cueva a la zona del Tranco. Algún día hablaré del Indio, porque es otra curiosa peña antropomorfa, de las muchas que hay en La Pedriza y en la sierra de Guadarrama.

  3. modesto muñoz dijo:

    Esa cara la conocemos los madrileños como El Indio. Así me lo hizo saber mi padre y gente de Manzanares cuando tenía aproximadamente 10 o 12 años. Tengo 42.

  4. cristina paniagua mendez dijo:

    Para los realistas, no serían más que un montón de pedruscos erosionados por la acción del tiempo; lo curioso de la Pedriza es que no tienes que imaginar lo que quieren que veas, sino que se descubre de un vistazo, impidiendo que los soñadores den rienda suelta a la imaginación intentando ver lo que otros ya vieron; nos tocó vivir en el tiempo en que la caprichosa naturaleza nos regala paisajes como este, que darán lugar a rostros muy diferentes con el transcurso del tiempo. Aprovechad el momento. Merece la pena verlo.

  5. Inma Gutiérrez dijo:

    ¡Siempre tan interesantes y atractivas tus propuestas! Sin duda, Madre naturaleza es mucho mejor artista que muchos de sus vástagos. Fantásticas formaciones que, incluso sin forma identificable conocida, alimentarían la imaginación del caminante. Caprichos escultóricos nunca del todo acabados que sobrecogen y que nos empeñamos en traer a nuestras maneras de ver las cosas. No sé. Supongo que eso nos tranquiliza.

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