Navajuelos: la Pedriza de la Pedriza (Manzanares, Madrid)

Navajuelos (Manzanares El Real, Madrid)

La bola de los Navajuelos, haciendo equilibrios en lo más alto, preside este majestuoso paraje granítico.

Bolas de granito en equilibrio. Obeliscos tallados por el rayo y el hielo. Túneles naturales que obligan a avanzar a gatas. Peñascos que nos hacen sentir como hormigas. Navajuelos es el reino de la roca pura y dura, la quintaesencia de la Pedriza, la Pedriza de la Pedriza. Un lugar que, al principio, da un poco de miedo. Pero que luego envicia. Una senda de cinco horas lleva hasta allí.

Julita Zabala estaba angustiadísima. Yendo de acá para allá por la pradera de Navajuelos, de madrugada, Julita Zabala era la viva imagen de la alarma, la zozobra personificada. Cuando a las cinco de la mañana, por fin, Baldomero Sol y José Luis Agosti, éste último herido en una pierna, lograron descender del cancho Rasgao, Julita les reconvino: “Espero que no volváis nunca más a este risco”. Pero Julita, con sólo entrever sus caras a la luz del alba, supo que ambos escaladores ya habían resuelto volver a intentarlo el domingo siguiente: “¡Hijos, sois unos suicidas! ¡Éste es el risco de los suicidas!”. Y con ese tremendo nombre se quedó, hace 70 años, el viejo cancho Rasgao.

No es por darle la razón a aquella señorita, pero la verdad es que esta pradera tiene una belleza que asusta un poco. Al noreste del mogote de los Suicidas, que luce el perfil maligno y cabezón de una mantis religiosa, se alza el cancho de la Herrada, con su fiera cara sur acantilada de 120 metros, la pared de Santillán. Al suroeste, hace equilibrios la bola de los Navajuelos, a la que le quedan dos telediarios, geológicamente hablando, para rodar de su peana. Y, poco más allá, guardan la puerta meridional del enclave el obelisco inclinado del Torro y el risco infernal de las Llamas, donde el granito arde como ardía de impaciencia Julita la noche de marras. Qué mal lo pasó, la pobrecita.

Navajuelos (Manzanares El Real, Madrid)

El obelisco inclinado del Torro (a la derecha) se yergue en las inmediaciones de la pradera de Navajuelos.

Escondida entre todos estos riscos, la pradera de Navajuelos (un navajo es eso: un navazo, nava o terreno llano rodeado de montañas) nos espera, solitaria y callada, a 1.678 metros de altura, en el brazo oriental del circo de la Pedriza Posterior, a medio camino entre los collados de la Ventana y de la Dehesilla; un camino que, para más misterio, nos obligará a gatear por túneles, culebrear por callejones y bordear derrumbaderos. Muy difícil no es, y desde luego no para asustarse, pero un poco en forma sí que exige estar, pues son 14 kilómetros de recorrido, cinco horas de paseo y 800 metros de desnivel acumulado. Tampoco es para hacerlo con niebla, ni en medio de una ventisca.

Para ir en busca de Navajuelos, iniciaremos nuestra andadura en el aparcamiento de Canto Cochino (altitud, 1.025 metros), cruzando el río Manzanares y remontando a continuación el arroyo de la Majadilla por sendero marcado con trazos de pintura blanca y roja. A los tres cuartos de hora, llegaremos a otro puente (próximo al refugio Giner) que no pasaremos, sino que seguiremos hacia el norte por el arroyo de los Poyos, rastreando ahora una senda con señales blancas y amarillas. Y, un cuarto de hora después, vadearemos este arroyo para subir zigzagueando, ya por senda sin señalizar, hasta el collado de la Ventana (1.784 metros; unas dos horas y media desde el inicio).

Navajuelos (Manzanares El Real, Madrid)

Las cabras montesas de la Pedriza sienten particular querencia por estas soledades pétreas de Navajuelos.

De buitre pedricero son las vistas que se dominan, desde el collado de la Ventana, sobre la hoya de San Blas, la Najarra, Miraflores de la Sierra y Soto del Real. Pero todavía serán más impactantes cuando, avanzando hacia la derecha por la senda que recorre la divisoria –marcada, de nuevo, con trazos de pintura blanca y amarilla–, rebasemos el risco de la Ventana (1.828 metros; dos horas y tres cuartos desde el comienzo) y, ya en franco descenso, contemplemos al mediodía el embalse de Santillana, donde parece que la roca de la Pedriza se funde llameante bajo su peso inconcebible.

Buscando siempre el mejor paso entre los riscos cimeros, la senda Termes, que así se llama, nos hará arrastrarnos por un túnel natural, bajo unas peñas desgajadas del cancho de la Herrada, antes de salir –deslumbrados, como recién paridos– a la pradera de Navajuelos (1.678 metros; tres horas). A la derecha, por un pinarcejo sobre el que descuella el mogote de los Suicidas, vira brusca la senda para colarse seguidamente en el callejón que rodea la bola de los Navajuelos y, reptando bajo un pedrusco que lo obstruye, aflorar al jardín del Torro, que jardín es otro de los nombres que reciben, en la Pedriza, estas praderitas agobiadas de roca y belleza. No son jardines de flores, claro es.

Poco después, la senda baja con fortísima pendiente, bordeando el risco de Mataelvicial, hasta el collado de la Dehesilla (1.453 metros; cuatro horas), donde doblaremos a la derecha para descender, por la mucho más suave y andadera cañada del Tolmo, en pos del arroyo de la Majadilla y Canto Cochino (cinco horas).

Navajuelos (Manzanares El Real, Madrid)

La bola de los Navajuelos, al más mínimo temblor de tierra, puede venirse al suelo. Sería una lástima.

Cómo llegar. Manzanares El Real dista 53 kilómetros de Madrid. Se va por la autovía de Colmenar Viejo (M-607), desviándose por la carretera M-609 en el kilómetro 35 y luego por la M-608 a la izquierda. Para llegar al aparcamiento de Canto Cochino, hay que salir de Manzanares hacia Cerceda y coger el primer desvío a mano derecha. Comer y dormir. Casa Goyo (Manzanares El Real; 918 539 484): cocina tradicional con productos de temporada. Parra (Manzanares El Real; 918 539 577): carne del Guadarrama y asados. Rincón del Alba (Manzanares El Real; 918 539 111): especialidad en mariscos y pescados a la plancha. Mirador La Maliciosa (Manzanares El Real; 918 527 065): casa de madera estilo suizo con restaurante especializado en marisco y caza. La Escala (Manzanares El Real; 600 450 741): coqueta casa rural con cuatro habitaciones, salón con chimenea y vistas a la Pedriza. Hotel La Pedriza (Manzanares El Real; 699 902 763): remodelado en 2008, hotel-autoservicio con piscina. Más información. Turismo de Manzanares El Real: 918 530 009 y 639 179 602. Centro de Educación Ambiental del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares: 918 539 978.

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4 respuestas a Navajuelos: la Pedriza de la Pedriza (Manzanares, Madrid)

  1. andrescampos dijo:

    Me alegra que te haya gustado, Gonzalo. Desde luego, ahora es uno de los mejores momentos para visitar la Pedriza. Un día de invierno, con sol, en Navajuelos, es la gloria. Que lo disfrutes (hagas lo que hagas).

  2. Gonzalo dijo:

    ¡Muy buenas Andrés!, acabo de descubrir tu blog y me parece que voy a tener que pasar mucho tiempo por aquí, ¡un trabajo excelente y una inspiración!

    Muy buen artículo, estoy ya pensando en el fin de semana y tenía pensado subir con las tablas, pero en vista de lo leído… no sé, no sé… igual cambio de plan.

  3. Inma dijo:

    Por ahí ha triscado también otro infatigable andariego: nuestro común amigo (no sé si tan virtual en tu caso como en el mío) Antonio Vela. Véase: https://www.facebook.com/antonio.vela.92?fref=ts Besicos

  4. Magníficas fotos y excelente descripción del recorrido que, aunque quisiera, para mí es imposible de hacer. Y me gustaría, porque lo veo, por tus fotos, muy atrayente. Al menos, tus buenas fotos me permiten hacerme partícipe de la contemplación de ese bello lugar. Gracias.

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