Logroño: diez sorbos de la mejor Rioja

Bodegas Darien,

Que Logroño no sea la capital del vino, no significa que no tenga bodegas espectaculares. Como la de Darien.

Como La Rioja es sinónimo de vino y la capital riojana del vino es Haro, muchos viajeros ni pisan Logroño, que es la capital de todo lo demás, y bien maja. Damos diez buenas razones para visitarla porque no sería lógico darlas malas y porque diez es una cifra redonda, manejable, grata de recordar, como lo es esta pequeña ciudad. Son diez sorbos de la mejor Rioja. Salud.

1.La Senda de los Elefantes. Así le llaman a la calle del Laurel, porque todo el mundo sale de ella trompa y a cuatro patas. Poca gente pide aquí zumo de naranja, ni otro vino que no sea Rioja. Hay 58 bares, uno detrás de otro, cada cual con su pincho estrella: champis, migas, embuchados, pinchos morunos, matrimonios, zapatillas de jamón, orejas, morros, bravas, rotos, cojonudos, tíos Agus, zorropitos… Salvo que nos vayamos a meter en los 58 bares (que es una posibilidad, desde luego), conviene que hagamos una selección previa visitando la página web oficial de la calle del Laurel.

Calle del Laurel

La calle del Laurel siempre está a tope de gente, y eso que hay 58 bares y restaurantes donde meterse.

2.Arte contemporáneo en el polígono. Würth es una multinacional alemana que vende cinta aislante, silicona y otras cosas pegajosas por el estilo, y para variar (pero para variar mucho), funda museos de arte contemporáneo en sus sedes, aunque estas se encuentren en un polígono industrial a 15 kilómetros de Logroño. En el Museo Würth de Agoncillo, podemos ver algunas de las 16.000 obras que el señor Reinhold Würth ha ido acumulando a lo largo de su pegajosa carrera empresarial: obras de Munch, Picasso, Magritte, Moore, Warhol, Botero, Chillida, Barceló… La entrada es gratuita.

Museo Würth

Pasmado se queda el viajero al descubrir el Museo Würth en un polígono industrial a las afueras de la capital.

3.Félix Barbero, el penúltimo botero. No quedan muchos boteros en España, seis o siete, por eso Félix Barbero no da abasto con los clientes que entran a su tienda y taller de la calle Sagasta: Botas Rioja. Botero artesano de cuarta generación, Félix nos explica que las botas que más vende y las que el recomienda, para gran decepción de los puristas, son las que llevan dentro una bolsa de látex, ya que no dan mal sabor al vino ni se estropean por falta de uso, como las de pez. Las hace de piel de cabra, de pelo, de serraje (ternera), lisas, con escudos bordados… No tiene tienda on-line porque, una vez que la montó, unos canadienses le pidieron 15.000 botas de golpe y no era plan.

Botas Rioja y pastelería Viena

El botero Felix Barbero es su taller de la calle Sagasta y los bombones de fantasía de la pastelería Viena.

4.Bombones rellenos de aceite. Uno diría que el chocolate y el aceite se dan de bofetadas, pero uno no es Juan Ángel Rodrigálvarez, el mejor pastelero y repostero de España (eso dijo la Real Academia de Gastronomía en 2011), jefe de obrador de la pastelería Viena. Además de los bombones Caricia Olium, rellenos de aceite de oliva virgen extra, nos llaman la atención las trufas de vino, las naranjas con cobertura y los pasteles sin azúcar, que los diabéticos también tienen derecho. Viena está en los soportales de Muro de la Mata, en la plaza del Espolón, a tiro de piedra, o de bombón, de la estatua de Espartero (que estaba casado con una logroñesa) y su famoso caballo.

Ayuntamiento de Logroño

El moderno Ayuntamiento de Logroño fue diseñado por el tudelano Rafael Moneo a mediados de los años 70.

5.El Ayuntamiento de Moneo. Tampoco somos expertos en arquitectura, pero sí sabemos que Rafael Moneo es uno de los grandes, así que el nuevo Ayuntamiento que dibujó a mediados de los 70 y vistió con rubia arenisca de Salamanca, nos parece que merece, como mínimo, una visita respetuosa.

Finca de los Arandinos

Si el tiempo lo permite, es una gozada comer o cenar en el jardín de Finca de los Arandinos, en Entrena.

6.Cuatro en uno: bodega, hotel, restaurante y spa. Todo eso es Finca de los Arandinos, un complejo enoturístico de Entrena (a 14 kilómetros al suroeste de Logroño) que ocupa un moderno edificio de color blanco, bajo y alargado, con grandes ventanales abiertos a los viñedos de la bodega y a la sierra de Moncalvillo. Dos cosas nos dejan boquiabiertos: los baños escamoteables de las habitaciones diseñadas por David Delfín y la cocina de Diego Rodríguez, que ha vuelto a su pueblo natal después de trabajar con los mejores (empezando por Martín Berasategui) y que sabe aprovechar todo lo bueno del entorno: los cerdos ecológicos del valle de Ocón, las verduras y legumbres de las huertas, el pan del horno de Entrena… Si hace bueno, mejor comer en el jardín.

Fiestas de San Bernabé

En las fiestas de San Bernabé no se andan con chiquitas. Balas no usan, pero pólvora, más que en Valencia.

7.Unas fiestas de armas tomar. Dos fiestas importantes hay en Logroño: las de San Mateo o de la Vendimia (la semana natural que engloba el 21 de septiembre) y las patronales o de San Bernabé (del 9 al 12 de junio y algún día más de propina). De las primeras no podemos opinar, porque no tenemos el gusto de haberlas vivido, pero de las segundas sí, porque estuvimos haciendo un reportaje esta primavera, y la verdad es que son la bomba, literalmente, pues en ellas se recuerda la victoriosa resistencia de Logroño durante el asedio francés de 1521 (una historia demasiado larga para contarla aquí) con fieles recreaciones de campamentos y batallas, desfiles arriba y abajo, mucho cañonazo y gran derroche de pólvora. Y que nadie se piense que las armas que se disparan esos días son de mentirijillas o burdas imitaciones inofensivas. Los arcabuceros usan réplicas muy mejoradas de las armas históricas, que en concursos de tiro hacen diana a 600 metros de distancia.

Calado

Calado del palacio de los Yanguas, hoy Centro de la Cultura del Rioja, en Ruavieja esquina Mercaderes.

8.Calados de vino en Ruavieja. Una ordenanza municipal de 1583 prohibía el paso de carruajes herrados por la calle Ruavieja, no porque aquellos terremotos rodantes molestasen a los vecinos, sino porque perturbaban el descanso de los vinos que reposaban en los calados. En La Rioja llaman calados a las bodegas caseras. Y decimos caseras porque están debajo de las casas, pero no porque sean pequeñas. El calado de San Gregorio, en el número 29, es como una estación de metro, con una longitud de 30 metros y bóveda de cañón, todo de piedra de sillería. Data del siglo XVI. También son impactantes el calado del antiguo palacio de los Yanguas, hoy Centro de la Cultura del Rioja, en la esquina con Mercaderes, y las ruinas del Espacio Lagares, en el número 18. Para verlos, hay que llamar al teléfono 941 291 260. De junio a septiembre, hay visitas narradas por actores.

Bodegas Campoviejo

Sala de barricas de Bodegas Campoviejo, impresionante obra subterránea del arquitecto Ignacio Quemada.

9.Bodegas vanguardistas. La versión moderna de los tradicionales calados riojanos son las Bodegas Campoviejo, obra de Ignacio Quemada, que están en lo alto de una colina superpanorámica al noroeste de la ciudad, mimetizadas y soterradas bajo el viñedo. Esto de que estén bajo tierra es bueno parar el paisaje y también para la producción, porque la uva y el vino se mueven por gravedad y allá abajo hay una temperatura y una humedad óptimas. Otras bodegas muy modernas, que merece la pena visitar, son Darien. Aquí no hay concesiones al paisaje. Por mucho que digan en sus folletos que los volúmenes blancos del edificio diseñado por Jesús Marino Pascual recuerdan las piedras con aristas, aún no erosionadas por el viento, que emergen en los ribazos de los viñedos, esto es arquitectura-espectáculo pura y dura. Sí hay, sin embargo, un guiño al paisanaje y a la tradición, pues dentro se exhibe una colección de más de mil piezas de cerámica popular riojana.

Alfarería Naharro

Antonio Naharro da forma a una pieza en el torno de su alfarería de Navarrete, al oeste de la capital.

10.Navarrete: tornos y caballos. Si nos gusta la colección de cerámica de Bodegas Darien, nos chiflará Navarrete, un pueblo de las vecindades de Logroño donde hay 11 alfarerías, nada menos. Donde más autocares de turistas paran (por algo será) es en Alfarería Naharro. Ver al veterano Antonio Naharro haciendo cacharros en el torno es como ver a Neptuno haciendo olas: uno no se cansa nunca de mirarlo. Tampoco es nada aburrido darse un garbeo a caballo con Katharine, la propietaria del Centro Hípico Navarrete. En 1987, Katharine volvía a Suiza desde Portugal: iba a caballo, con otras dos amigas, haciendo el camino de Santiago al revés. La peste equina cerró las fronteras de Francia y se quedaron atrapadas en Navarrete. Un cuarto de siglo después sigue aquí, con sus caballos. Es una buena historia para contar y para oír mientras se trota por los viñedos.

Centro Hípico Navarrete

Paseando a caballo por los viñedos en buena compañía. La experiencia la ofrece el Centro Hípico Navarrete.

Cómo llegar. Logroño tiene aeropuerto, el de Agoncillo, y vuelos diarios a y desde Madrid con Air Nostrum. También tiene una estación de ferrocarril flamante, de 2011, a la que llegan los Alvia procedentes de Madrid, Barcelona y Bilbao, aparte de otros trenes. Si preferimos el autobús (lo más económico), Alsa comunica Logroño con Madrid, Barcelona y otras ciudades. En coche, la principal vía de acceso es la AP-68 (Bilbao-Zaragoza), que conecta con la A-1 en Miranda de Ebro y con la A-2 en Zaragoza. Comer. Aparte de los bares de pinchos de la calle del Laurel y del restaurante de Finca de los Arandinos, recomendamos probar La Cocina de Ramón (941 289 808): Ramón Piñeiro, discípulo de Francis Paniego, montó en 2012 su propio restaurante en la céntrica calle Portales, donde elabora platos con un punto creativo (pero no demasiado exagerado) y con los mejores productos, que escoge cada mañana en el cercano mercado de San Blas. Dormir. Hay hoteles en Logroño desde 17 euros por persona y noche. Nuestras recomendaciones son los céntricos y modernos Sercotel Portales y NH Herencia Rioja. Más información. Turismo de Logroño-La Rioja (941 291 260).

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Una respuesta a Logroño: diez sorbos de la mejor Rioja

  1. Un último consejo: si vais a venir a La Rioja con niños, os recomiendo visitar http://www.elbalcondemateo.es, la web del ocio infantil y familiar de La Rioja. Aquí encontraréis un montón de planes e ideas para hacer con los niños en nuestra ciudad.

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